Monday, May 14, 2007

Bib Azahar 10

Paris.

Te conozco
y sin embargo, desconocida.
Abstraído en ambrosía e iluso
danzo por tus calles.
Glorifico a los poetas y pintores
que te respiran.

Te envío telegramas íntimos
en pétalos de magnolias
lanzados al viento,
y al clamor de los dioses,
mis peticiones cristalizan.

Sonámbulo acudo a la estación,
loco bajo la lluvia.
Napoleón por momentos
a tu conquista.

Despierto al olor de tus cafés
a kilómetros de los genios
y filosofías de acordeón,
mojado en la aurora
y forastero de mi España.

Fracasado a las puertas
a tu entrega derivo
en crisálida muerta.

Lo manifiesto en camisa de fuerza.

*

Humo.

Tan solo un momento
de tu geografía frágil,
y aparente,
me detengo.
Deliro en tu silueta
de perfil amargo.
He visto un instante
tu sombra
y un fado que suena
lejano.
La tenue luz te acaricia,
azabache en tu pelo.
Parece que miro un cuadro:
Al fondo las gaviotas
tu mirada vacía
y entre volutas de humo
suspiras callado.

Recuerdo el sabor de otoño,
del agosto en tus manos.
Me sonrojo un instante al pensar.
Se acerca la melodía…
Tu cuerpo taciturno,
deseado.
Estremeciéndome al verte
el mío fragmentado,
reducido a cenizas,
humo devorado.
Soy aire que tú respiras,
ya estoy en ti.
Así termina este fado:
la música afloja,
se apaga la luz,
comienza un nuevo día
y un hombre esperando.

*

Punto de partida.

A M. J. Padilla.

En la incertidumbre al trazar una línea,
no sabes donde podría conducirte…
¿Quién sabe donde mueren mis pensamientos hoy?
Quizás mañana, despierten al otro lado del muro.
¿Recuerdas el beso de la calle mojada,
el que sin paraguas y bajo la lluvia
nos lavó la cara?
Pues todo comenzó con una línea
proyectada al horizonte,
desde mi mano alzada
y en la trayectoria te cruzaste…
Ahora, suspendido en la delgada línea
que une y separa al norte del sur,
y a la razón del tiempo,
haciendo equilibrios,
acierto el punto exacto
de partida.

*


Saturday, May 12, 2007

Bib Azahar 11

De la Vanidad, Soledades
y otras lindezas.

I
Seguiré aquí cuando despiertes,
a trozos y a trazos,
consciente y subconsciente.
Tal como somos.
Me niego a malgastar esfuerzos en envidiarte.
La ternura evita cesáreas.
Una nueva alternativa:

Lánzame por los aires.
La vanidad no es pecado
poeta irrompible.
El peligro más grande es la soledad.
Otra alternativa:

El clavel verde.
Es un sueño el llevar las riendas
de un estilo de vida
que empieza por el suelo.
Al levantarme soy polvo,
anónimo y confidencial,
ángel y demonio.
¿Alguna alternativa?
¿quién elige a quién?
Una vacuna alternativa es el horizonte:
La santidad del matrimonio
o la zona muerta.
¿Otra alternativa?
Sí,
renacer.

II

No sé si estoy equivocado
o no hablo tu idioma
de secretos y suspiros,
visiones,
Edén.
Desde mi cristal de Andrómeda,
más allá de las palabras,
ya no sé
si cristalizamos.

No es esencial
tu sonrisa de labios apretados
ni la perfección de tu piel.
Se me escapa la inocencia.
Grito
e impasible, te sacudes el polvo de mi anhelo,
en tanto, devoras la esencia
a mi labios embotados,
de tanto gritar a la conciencia,
y todo, por puro placer de adoración
a tu vanidad.

III

Autopsia

Mientras te espío entre las piedras
que te nacen y embalsaman,
el poderoso influjo del espejo y sus grietas
te amplían el horizonte,
limpiándote por dentro.

Mientras tanto la arena
te llueve en las entrañas.
Corrosivo desierto
que cargas como cruz a cuestas
en cada despertar y al dormirse,
los búhos de la nada
te regalan los ojos
injertándolos
en tu soledad.

*